miércoles, 22 de julio de 2009

Los chaquetillas rojas



Yo también me pregunto a qué se dedican las personas que van con chaquetilla roja en la entrada de los grandes almacenes (léase el Corte Inglés). Realmente hacen un poco de todo, pero generalmente tienen una expresión en sus caras como de ser superagentes de seguridad, supongo que de ahí surgen las dudas y después algunos como Mauro Entrialgo las convierten en viñetas como ésta.

- Visto en Plétora de piñetas

martes, 21 de julio de 2009

Uno por ciento. Esquizofrenia

A través del documental ¿Qué tienes debajo del sombrero? realizado por la fundación casi homónima Debajo del Sombrero y producida por Julio Médem, llego a otro maravilloso reportaje documental: Uno por ciento. Esquizofrenia.

No pensaba ver más de diez minutos, pero las voces de aquellos que padecen esta enfermedad crónica me han hecho querer seguir escuchando. Ciento diez minutos que no tienen desperdicio. Acompaña la sinceridad y transparencia con la que sientes que hablan todas y cada una de las personas que transcurren en la pasarala de este documental. Médem expone los hechos y las circunstancias desde varias perspectivas: la de los enfermos, la de los familiares y la de los especialistas médicos.

Un uno por ciento de la población mundial padece esquizofrenia. 52 millones de personas en todo el mundo. Una de cada 100. Sin embargo, cada caso constituye una desgracia única e incomparable. Desmiga familias y aturde lo extraordinario de cada ser transformándolo en algo incomprensible, incluso para el propio enfermo.

Me llama especialmente la atención una pregunta que lanza una de las psicólogas:

"¿Cómo es posible que el mundo se haya organizado civilizadamente con unos niveles de exclusión tan grandes y tan justificados socialmente, politicamente, institucionalmente, cientificamente...?".

Margarita Laviana
Uno por ciento. Esquizofrenia

Y se lo cuestiona, supongo, en relación a la enfermedad y a los que la padecen. Pero por desgracia no me es dificil encontrar otros tantos casos en los que la exclusión no es sólo necesaria, sino como bien dice, está justificada, es aceptada, es defendida y, en muchos casos, tiene cabida dentro de la ley jurídica.

Hay quien por no tener no tiene ni voz, pero si ideas, pensamientos y sentimientos que caben dentro de sí. Ese mundo no es otro que el que cada cual, al margen de su cultura, su nacionalidad, su política y su lengua, teje en su interior. Las personas enfermas de esquizofrenia poseen ese mundo con más conciencia de su propia existencia, sin embargo, también carecen de la posibilidad de ejercer control sobre él. Pierden el dominio de sus vidas, pero también de sus pensamientos y, por tanto, también pierden la libre voluntad para pensar lo que les plazca.

Que existan personas capaces de sobreponerse a tales circunstancias, es lo realmente extraordinario.

Si queréis ver el reportaje documental, está disponible en Google Videos. Aquí lo tenéis.

Ver video de Uno por ciento. Esquizofrenia 

lunes, 13 de julio de 2009

Volé


One more chapter 2, de Francesca Iannaccone.
Visto en: Librosfera

De alguna manera creo que hice este blog, bajo el título de "Vuela y vuelve", de una forma inconscientemente premeditada. Es decir, quizá entonces me rondaba la idea de que necesitaba, en ese preciso momento de mi vida, desligarme de (casi) todo, reinventarme, hallarme. Volar.

Surgió como una obligación. En sus orígenes este blog fue una práctica de una asignatura de segundo de periodismo llamada "Nuevas Tecnologías". La causa se hizo efecto, pero el efecto no fue causa. Duró lo que dura un suspiro.

A día de hoy han sido una serie de circunstancias las que me han hecho replantearme si realmente deseo renovar esta bitácora de aquello que no se haga invisible a mi mirada, de aquello que me apetezca compartir con quién quién sabe quién.

Finalmente he decidido que sí, que parte de las fuerzas que siento que tengo ahora se han convertido en movimiento sobre el teclado de éste, mi humilde portatil. Que parte de las cosas que nunca dije sobre aquello que vi, sentí u oí, ahora, quizá merezcan ser escritas; quizá merezcan ser leídas.

Y quizá, y sólo quizá, haya vuelto para quedarme.