domingo, 9 de diciembre de 2012

Mira

Ludovico -  Nightbook


Mira
Una lágrima.
Una oración.
Este es tu equipaje.
Esta es tu canción.

Tin tin tin.
Con cada pestañeo, tintinea
tintinea tu corazón,
golpea el pecho,
late el interior.

Tin tin tin.
Con cada paso, tinta
tinta tu corazón,
cambia su color,
pinta el exterior.

Mira.
Abre bien los ojos.
Un solo disparo,
directo al esternón.
Una lágrima.
Una oración.
Ese es tu equipaje.
Esa es tu canción.


Aida H.C



sábado, 1 de diciembre de 2012

Aquella idea

Y de repente un día no podía imaginarse con nadie más.

Estaba en todas las fotografías del mundo, tenía el sabor de todos los helados, el olor de cada jazmín, el brillo de cada constelación. Y ya no importaba cuánta distancia hubiese, ni aquel cielo azulado en un otoño en expansión. Era indiferente que noviembre acabara de terminar. 

El universo era un mito y solo ellos podían hacerlo real.

Conquistarían cada recoveco de un mundo llamado Deirdre y llamarían a sus hijos Luna y Sol. Ya estaba decidido. Vivirían sobre una hoja de nenúfar y comprarían algodón de azúcar los domingos por la mañana. Ella se pintaría las uñas de cada dedo de un color y el llevaría la pulsera de espigas que le había regalado. Su única arma sería de nácar y la esconderían tras los labios.

Aquella idea cobraba fuerza, a cada paso era más sólida. Aquella idea la invadía, lentamente. Aquella idea se derramaba dentro, le recorría los ojos, bajaba por sus labios, le alcanzaba las clavículas y le prendía el corazón. Impulsada desde cada ventrículo le inundaba el estómago. Al ritmo de su respiración, aquella idea, fluía por su vientre, caía en el abismo oculto entre su falda, resbalaba en sus muslos y yacía bajo sus pies.

Aquella idea explosionó, partida en mil millones de colores.
Aquella idea viviría siempre en sus pupilas, el lugar donde se hizo el amor. 




Aida H.C



sábado, 24 de noviembre de 2012

Amor



Vas a descubrir
que aunque duela
siempre
querrás más
y más tendrás
amor
y más serás
amor
amor, serás amor.







sábado, 8 de septiembre de 2012

Le mandaron a la cama sin cenar...






Esa misma noche nació un bosque en la habitación de Max
y creció
y creció hasta que había lianas en el techo
y las paredes se convirtieron en el mundo entero
y apareció un océano con un barco
particular para él y Max se fue
navegando a través del día y de la noche
entrando y saliendo por las semanas
saltándose casi un año hasta llegar
donde viven los monstruos.



- Podéis descargar el libro "Donde viven los monstruos" aquí.
- Este libro también fue llevado al cine de la mano de Spike Jonke.


jueves, 23 de agosto de 2012



He llevado a cabo una labor, una grata labor dirigida al mundo y destinada a consolar nobles corazones: a aquellos a los que aprecio y al mundo sobre el que descansa el mío propio. No me refiero al mundo común, a ese mundo de los que, según he oído decir, no pueden soportar el dolor y únicamente ansían estar inmersos en la felicidad. ¡Que Dios se lo permita!

Mi historia no está dirigida ni a su mundo ni a su forma de vivir; su vida y la mía son dos mundos aparte. Es a otro mundo al que me dirijo, al mundo que lleva en su corazón una carga de dulce amargura, que se deleita con ello y con el dolor de la nostalgia, que ama la vida y se entristece con la muerte, que ama la muerte y se entristece con la vida.

Dejad que tenga mi mundo en ese mundo, que me condene y me salve con él.


domingo, 19 de agosto de 2012

Rostro de un beso


Blue Valantine

Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.


Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y los ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos, el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.


miércoles, 8 de agosto de 2012



"Esta es la foto que tenía mi madre en su dormitorio. Cuando era un niño creía que era mi mano regalándole margaritas. Ahora lo veo de otra forma. Y pienso que es su mano la que me ofrece las margaritas a mí, mientras dice: Toma, algo sencillo y alegre es lo que quise entregarte".


Desde el primer minuto sabes que estás frente a una historia tan humanamente real que hiere. Aun así, cada segundo disfrutas de la delicia que contiene cada fotograma, la luz, las miradas, las palabras, los objetos, cada melodía. Con cada segundo experimentas una extraña sensación de pérdida; te acercas al final, la belleza es efímera. 





Inanimados



Eso que ves a la deriva es mi visión de la vida. Lo hago constantemente. Floto y fluyo.

Antes vivía preocupada porque necesitaba saber hacia dónde iba. Ahora sé que solo necesito creer que voy a alguna parte, aunque solo sea para sobrevivir. Y a veces me entristece no tener un rumbo, no elegir un camino, no conseguir definir un trayecto y llegar hasta él. Otras veces comprendo que ni es tan malo ni tiene tanta importancia. Sigo a flote, a la deriva, pero a flote. Y observo el mundo y lo que contiene. Cada objeto inanimado es un pedazo de alguna historia, la declaración de una persona o una metáfora de la vida.

Crecí en una casa donde no se solía hablar demasiado, donde el silencio formaba parte de la dinámica del día a día. Y simplemente aprendí a mirar al mundo. Un acto fascinante, doloroso, adictivo.


Aida H.C

martes, 3 de julio de 2012

¿Por qué?


Elegimos nuestro camino a lo largo de interminables estanterías seleccionando este o aquel volumen por ninguna razón claramente discernible: por la cubierta, por el título, por un nombre, por algo que alguien dijo o no dijo, por una corazonada, por capricho, por error, porque creemos que podemos encontrar en ese libro un relato, un personaje o un detalle determinados, porque creemos que fue escrito para nosotros, porque creemos que fue escrito para cualquiera menos para nosotros y queremos saber por qué hemos sido excluidos, porque queremos aprender, o queremos reír o queremos entregarnos al olvido.




- Vía Librosfera

sábado, 23 de junio de 2012

Mi


"Veo un músico, un músico famoso. Van a suspenderme en Cultura General porque reconozco su cara y no recuerdo su nombre. ¿Por qué serán tan feos los grandes músicos y tendrán el ceño y el mentón crispado y cara de muleros, cuando sus almas deben ser de seda y su corazón del olor de una flor? Sus dedos resbalan sobre el piano y mi alma se sobrecoge porque lo que esta creando es bellísimo. Me gusta y me admiro de lo que oigo tanto como mi capacidad para retenerlo, ya casi me lo sé de me memoria. La razón es muy sencilla. El pianista comienza, se inspira, sus dedos tan pronto rozan como golpean, como acarician las teclas. Pero al llegar a un punto determinado, se detiene, tuerce el gesto, alza los ojos al vacío, buscando algo que no encuentra, se enfada, y cierra con violencia el piano. 

Le veo pasear, golpear el suelo con los pies como un niño rabioso. Vuelve al piano. Cuando son sus dedos los que hablan, vuelvo a quedar extasiada. Pero al llegar al mismo punto que antes, se detiene, se peina los cabellos y jura no pasar adelante sin encontrar lo que busca. Y entonces, solo entonces, caigo en la cuenta de que a quien busca es a mí. A mí, en la doble acepción del término: porque yo soy "mi", la nota musical "mi", y me he escurrido voluntariamente de su inspiración porque hoy es mi cumpleaños y quiero tomarme unas vacaciones. Además, me enfada tanta obstinación. Tiene mil combinaciones posibles para seguir adelante sin necesidad de utilizarme. Estoy agazapada, sin moverme de mi escondrijo. En el momento mismo en que me desplace o intente cambiar de postura, me advertirá: "Aquí te tengo" -dirá triunfal. Y me utilizará como un escritor utiliza una diéresis o unos puntos suspensivos. Y hoy quiero ser para mí misma. Me había prometido una noche de libertad y lo conseguiré mal que le pese a este monstruo de la naturaleza: tirano de los de su especie.

Cuando yo era pequeña, era un puro sonido cristalino producido por una gota de agua al chocar con una piedra en un manantial que nacía del Kilimanjaro. A pesar de mis pocos años no tarde en comprender que un ruiseñor se había prendado de mí. Se posaba una y otra vez sobre una rama que se abatía sobre el agua y me escuchaba con profunda atención. Movía la cabeza con gran complacencia intentando percibirme, y aunque eran muchas las distintas notas que brotaban de aquel manantial, cuando la que sonaba era yo, experimentaba un extraño temblor y sus plumas se espojoneaban de placer. Una mañana, al alba, no podre olvidarlo nunca, el ruiseñor se puso a cantar. Había conseguido meter en sus garganta a casi todas las notas de lo que hoy se llama pentagrama, excepto a mí. No puedo ocultar que fui feliz cuando me raptó, porque era mucho más fascinante viajar con él que permanecer siglos y siglos anunciando a la gota que caía sobre la piedra.

El ruiseñor fue un excelente maestro de cantores y, a lo largo del tiempo, fui siendo heredera de padres a hijos por los descendientes de quien me robó. Hasta que un día, pasados los siglos, vi que un hombre peludo hacia con el ruiseñor lo que el ruiseñor hizo con la gota de agua. Tenia en los labios un instrumento formado de varios tubos de caña que creo que ahora se llaman "siringa", y soplaba por ellos y producía sonidos; unos gratos, desapacibles otros. Intentaba sobre todo imitar una nota que la garganta del ruiseñor poseía, pero su siringa no. Cuando lo consiguió, mi destino cambió de norte. ¿Mentiría al decir que fui más feliz con los ruiseñores que con el manantial, y más aún con los hombres que con los ruiseñores? Estos son más perversos, pero más artistas. El ruiseñor me usaba para advertir a sus congéneres y sus rivales que en aquella fronda había establecido su cazadero de moscas, mosquitos y pulgones voladores, y que nadie se atreviese a acercarse. Hora es ya de deshacer el equivoco de que los ruiseñores cantan para atraer a su pareja. Mentira. El suyo no es un canto de amor, sino de guerra. Y si las hembras se acercan a ellos es porque saben que tienen piso, que están bien instalados, y que ese no seria mal sitio para erigir un hogar. El hombre, en cambio, me utiliza sin buscar en mí utilidad alguna. He sido una nota muy feliz con los humanos. Solo por placer. Por gusto de crear y recrearse conmigo. He sido una nota muy feliz con los humanos. Han abusado de mí, pero...

¿de quien no han abusado?"



Os recomiendo ver la película El velo pintado (The painted veil), una película que muestra la gran calidad del actor Edward Norton. Nunca es tarde para recapacitar sobre cada uno de los pasos dados en la vida, aunque solo nos quede eso, recordarlos con alegría o con dolor, nunca es tarde para estrujarlos hasta que derramen ese gota de sabiduría. 

miércoles, 20 de junio de 2012

Adiós a Spinetti



Victor Spinetti con John Lennon y Yoko Ono en el Teatro Nacional en la 
noche del estreno de In His Own Write.


Vittorio Giorgio Andrea Spinetti (2 de septiembre de 1929 – 18 de junio de 2012), Victor Spinetti o simplemente Vic, como le llamaban sus allegados, ha fallecido hoy a los 82 años de edad al no poder superar la batalla contra el cáncer de próstata del que estaba afectado. Todo comenzó cuando en febrero del año pasado (2011) Spinneti acudió al hospital aquejado de una fractura en la columna vertebral provocada por una caída mientras actuaba en una obra teatral. A poco menos de un mes de su última entrevista, concedida al periódico Wales, el actor confesaba que posiblemente su enfermedad no fuera tratable y que desconocía "cuanto tiempo voy a estar aquí".
El magnético actor fue reconocido internacionalmente cuando, en la década de los sesenta, aceptó actuar por petición expresa de los cantantes de la famosa banda de rock inglés Los Beatles, en tres de las películas que protagonizaban. La comedia Hard Day's Night (1964), el vídeo que sirvió como promoción al disco de los músicos británicos, Help! (1965) y finalmente la película considerada de culto Magical Mystery Tour (1967), fueron los éxitos que dieron a conocer al mundo el talento y la calidad artística de Spinetti. Luego sobrevinieron 31 películas y otras tantas obras teatrales que pusieron de manifiesto lo que para otros muchos compañeros de trabajo y amigos -como George Harrison, Paul McCartney,  o Richard Burton- era ya algo patente: la calidad humana, la perspicacia y el ingenio de este actor humilde en sus orígenes y grande en su legado. 


De ojos oscuros, nariz respingona, pelo corto, y rostro caracterizado por una mirada y expresión nostálgica, al cómico le gustaba decir de sí mismo que era "el wop* de Gales", haciendo referencia a sus orígenes italianos y a su nacimiento en CwmEbbw Vale, (País de Gales) en 1929. Desde su juventud su familia siempre reconoció su talento para el mundo artístico, animándole a que estudiara en The Royal Welsh College of Music & Drama, siendo allí donde conoció a su pareja Graham Curnow con quien compartió una relación hasta su muerte, 44 años después; se cuenta que el joven Graham al ver por primera vez a Spinetti comentó: "Apuesto a que tienes los ojos mas bonitos, pero esas jodidas gafas no me dejan verlos". La figura del artista tampoco resultó indiferente para estrellas como George Harrison, quien insistía en que él siempre estuviera presente en todas sus películas porque "si no estás en ellas, mi madre no querrá venir a verlas -le fascinas"; otros como Paul McCartney lo describen como "el hombre que hace desaparecer las nubes". Pero si hay alguien de quien el cómico fuera amigo inseparable fue John Lennon, con quien pasó innumerables noches y a quien ayudó a transformar en teatro las historias de su libro In his own write . Y es que Victor Spinetti no dejó jamás de sorprender al público -ni a sus amigos- y se mostró magistral en películas como La mujer indomable, Bajo el bosque lácteo (Zeffirelli) y otras como El viaje de los malditos o El regreso de la Pantera Rosa. Según sus palabras, en el último año, el hombre que amó a Los Beatles, bromeaba diciendo que estaba haciendo un nuevo tipo de gira: "Ahora mantengo a los compañeros del hospital entretenidos contándoles mis historias".




Como la persona extraordinaria a la que hoy rinden homenaje muchos famosos y familiares, Spinetti supo apreciar la vida hasta en los momentos más duros de la enfermedad "Voy a ser honesto, nunca me he sentido mejor". Confesó haberse sentido acompañado, querido y apoyado pese a estar siendo una molestia para sus familiares y "encontrar esa pepita de la compasión humana es fabuloso". En los últimas semanas en  las que estuvo ingresado en el hospital de Monmouth, Spinetti se quejaba del dolor de la columna vertebral y estaba siendo sometido a un tratamiento de radioterapia, sin embargo, se sentía agradecido por el trabajo del equipo sanitario y comentaba que pasaba sus días leyendo La baronesa (Ralph Barby). Quizá, como la protagonista de la novela gótica que leía, Spinetti, ya no pueda morir, su recuerdo es inmortal. 

Os dejo con una magnífica escena de esta película, Magican Mystery Tour, en la que Spinetti interpreta a un excéntrico y particular militar de la Armada Británica.


*Wop: término inglés con el que se hace referencia de forma jocosa a la informalidad "característica" de aquellos que proceden del Sur de Italia. 

lunes, 18 de junio de 2012

La negación


No quería hablar de las decepciones, del desengaño, ni de todas aquellas situaciones incómodas que la habían llevado a aislarse. Construyó con libros su hogar; abiertos en sesenta grados eran su tejado, abiertos de par en par, su colchón, y apilados unos sobre otros, su almohada. No necesitaba más para continuar caminando hacia un destino incierto y amable.

Ella no quería hablar de los otros. No quería hablar del tiempo pasado, ni de como había intentado estirarlo, como uno de esos viejos chicles que permanecen pegados bajo los pupitres, año tras año. Cada recuerdo, inerte e inmóvil, permanecía ocupando un espacio bajo su coraza. Y no deseaba hablar del atisbo de dolor que le punzaba el pecho, ni de la confusión que le generaban aquellos desvelos. Se asfixiaba convenciéndose de que no tenía nada que decir de todas esas vivencias.

Y allí donde la encontrases siempre calzaba las mismas frases, contaba las mismas historias, repetía los mismos detalles, vestía las mismas mentiras. No dejaba de repetirse que no quería hablar de todo aquello, una y otra vez, incesante, se negaba a sí misma: no quiero hablar.

Su imagen era poliédrica y opaca, pero, a veces, al mirarla, no podías evitar pensar que en algún momento inesperado y sorpresivo surgiría una chispa que la hiciera reconocerse. En ocasiones pensé que quizá el eco de su propia voz, un golpe, una pesadilla o una caída fortuita la harían escucharse desde fuera hacia dentro, dándose cuenta así de lo absurdo de su propósito.

Sin embargo, allí estaba yo, a su lado, incapaz de romper la ilusión, viendo lo que ella no veía y escuchando la historia de aquello de lo que nunca quería hablar.




domingo, 17 de junio de 2012

A la puta que se llevó mis poemas


Algunos dicen que debemos eliminar del poema 
los remordimientos personales, 
permanecer abstractos, hay cierta razón en esto, pero 
¡Por Dios! 
¡Doce poemas perdidos y no tengo copias! 
¡Y también te llevaste mis cuadros, los mejores! 
¡Es intolerable! 
¿Tratas de joderme como a los demás? 
¿Por qué te no te llevaste mejor mi dinero? Usualmente 
lo sacan de los dormidos y borrachos pantalones enfermos en el 
rincón 
La próxima vez llévate mi brazo izquierdo o un billete 
de cincuenta, 
pero mis poemas no. 

No soy Shakespeare 
pero puede que algún día ya no escriba más, 
abstractos o de los otros; 
siempre habrá dinero y putas y borrachos 
hasta que caiga la última bomba, 
pero como dijo Dios, 
cruzándose de piernas: 
"veo que he creado muchos poetas
pero no tanta poesía"

A la puta que se llevó mis poemas

sábado, 16 de junio de 2012

Fuimos criaturas de otro mundo
devoramos el sendero a cada paso
cruzamos todos los horizontes
batimos el récord de días contemplándonos
a la luz de aquel amor
llegamos a cegarnos
veremos el final con los ojos vendados.






viernes, 15 de junio de 2012

Bajo los cimientos

Hay un mundo apunto de quebrarse detrás de esta superflua sonrisa. No sé si de horror, de incredulidad, de dejadez.

Tiemblan los cimientos de lo que fuimos. Y escenificamos el terremoto como si lo hubiéramos ensayado durante mucho tiempo.

Aprendemos a aferrarnos a cada ápice de este vendaval. Antes o después, sabemos que acabará.