jueves, 23 de agosto de 2012



He llevado a cabo una labor, una grata labor dirigida al mundo y destinada a consolar nobles corazones: a aquellos a los que aprecio y al mundo sobre el que descansa el mío propio. No me refiero al mundo común, a ese mundo de los que, según he oído decir, no pueden soportar el dolor y únicamente ansían estar inmersos en la felicidad. ¡Que Dios se lo permita!

Mi historia no está dirigida ni a su mundo ni a su forma de vivir; su vida y la mía son dos mundos aparte. Es a otro mundo al que me dirijo, al mundo que lleva en su corazón una carga de dulce amargura, que se deleita con ello y con el dolor de la nostalgia, que ama la vida y se entristece con la muerte, que ama la muerte y se entristece con la vida.

Dejad que tenga mi mundo en ese mundo, que me condene y me salve con él.


domingo, 19 de agosto de 2012

Rostro de un beso


Blue Valantine

Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.


Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y los ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos, el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.


miércoles, 8 de agosto de 2012



"Esta es la foto que tenía mi madre en su dormitorio. Cuando era un niño creía que era mi mano regalándole margaritas. Ahora lo veo de otra forma. Y pienso que es su mano la que me ofrece las margaritas a mí, mientras dice: Toma, algo sencillo y alegre es lo que quise entregarte".


Desde el primer minuto sabes que estás frente a una historia tan humanamente real que hiere. Aun así, cada segundo disfrutas de la delicia que contiene cada fotograma, la luz, las miradas, las palabras, los objetos, cada melodía. Con cada segundo experimentas una extraña sensación de pérdida; te acercas al final, la belleza es efímera. 





Inanimados



Eso que ves a la deriva es mi visión de la vida. Lo hago constantemente. Floto y fluyo.

Antes vivía preocupada porque necesitaba saber hacia dónde iba. Ahora sé que solo necesito creer que voy a alguna parte, aunque solo sea para sobrevivir. Y a veces me entristece no tener un rumbo, no elegir un camino, no conseguir definir un trayecto y llegar hasta él. Otras veces comprendo que ni es tan malo ni tiene tanta importancia. Sigo a flote, a la deriva, pero a flote. Y observo el mundo y lo que contiene. Cada objeto inanimado es un pedazo de alguna historia, la declaración de una persona o una metáfora de la vida.

Crecí en una casa donde no se solía hablar demasiado, donde el silencio formaba parte de la dinámica del día a día. Y simplemente aprendí a mirar al mundo. Un acto fascinante, doloroso, adictivo.


Aida H.C