domingo, 28 de abril de 2013

¿Quién muere?


Martha Madeiros
Martha Medeiros


Muere lentamente
quien se transforma en esclavo del hábito,
repitiendo todos los días los mismos trayectos,
quien no cambia de marca.
No arriesga vestir un color nuevo y no le habla a quien no conoce.

Muere lentamente
quien hace de la televisión su gurú.

Muere lentamente
quien evita una pasión,
quien prefiere el negro sobre blanco
y los puntos sobre las “íes” a un remolino de emociones,
justamente las que rescatan el brillo de los ojos,
sonrisas de los bostezos,
corazones a los tropiezos y sentimientos.

Muere lentamente
quien no voltea la mesa cuando está infeliz en el trabajo,
quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño,
quien no se permite por lo menos una vez en la vida,
huir de los consejos sensatos.

Muere lentamente
quien no viaja,
quien no lee,
quien no oye música,
quien no encuentra gracia en sí mismo.

Muere lentamente
quien destruye su amor propio,
quien no se deja ayudar.

Muere lentamente,
quien pasa los días quejándose de su mala suerte
o de la lluvia incesante.

Muere lentamente,
quien abandona un proyecto antes de iniciarlo,
no preguntando de un asunto que desconoce
o no respondiendo cuando le indagan sobre algo que sabe.

Evitemos la muerte en suaves cuotas,
recordando siempre que estar vivo exige un esfuerzo mucho mayor
que el simple hecho de respirar.
Solamente la ardiente paciencia hará que conquistemos
una espléndida felicidad.

La muerte lenta

Este precioso poema se ha atribuido muchas veces erróneamente al gran Pablo Neruda. Sin embargo, su autoría pertenece a la fluminense Martha Medeiros (1961), periodista y poeta, quien lo publicó el 1 de Noviembre de 2000, día de los Difuntos, en el periódico Non-Stop, Crônicas do Cotidiano bajo el título "A Morte Devagar".

No muráis lentamente.

Fuentes:

miércoles, 24 de abril de 2013

Happy


Pero hay otros significados más primitivos basados en el hap -que en inglés medio era happ, y en inglés antiguo, gehapp-, el azar o la fortuna, buena o mala, que te corresponde. Hap es lo que te ha tocado en la vida, las cartas con las que tienes que jugar. 
El modo en que afrontes tu hap determinará si serás feliz o no (happy).

martes, 23 de abril de 2013

Incandescente



"And above all, watch with glittering eyes the whole world around you because the greatest secrets are always hidden in the most unlikely places. Those who don't believe in magic will never find it."
"Y, sobre todo, mirar con  ojos brillantes todo el mundo que te rodea, porque los mayores secretos están siempre escondidos en los lugares más inverosímiles. Aquellos que no creen en la magia nunca la encontrarán."














Es fácil olvidar algunas cosas importantes. Olvidar, por ejemplo, que la vida es un regalo -a veces un mal regalo, pero ofrenda, aún así-. Olvidar, sin querer, que estamos vivos; olvidar, por descuido o por interés, que todos estamos llamados a hacer algo. Postergar en un rincón que la vida es una lucha siempre -siempre una lucha-.

Cuando pienso que todo está inventado, que los malos son más que los buenos, que las desgracias son numerosas, y peores, que las alegrías; cuando caigo en la cuenta de lo tedioso que resulta mirar rostros insustanciales ataviados con miradas perdidas, grises, traslúcidas. Cuando repienso -sí, a veces vuelvo a pensar lo pensado- en cuántas cosas se han apagado por la desesperanza, el infortunio, la falta de valor o, simplemente, la creencia en su imposibilidad, es entonces cuando siento que queremos caer en ello.

Queremos jugar al juego que otros -sean quienes sean- han marcado.

"Vamos a jugar a algo que no quieres jugar, con unas normas en las que tú no has tenido nada que ver. Y sonríe, porque en realidad, estoy haciendo por ti lo que tú eres incapaz de hacer."

Acepta las normas, todas, sin cuestionarte nada, sin preguntarte porqué esas y no otras. Eso nos han dicho. No con esas palabras, claro; tampoco quizá de esas formas, pero es así, sucede, podríamos decir, como sucede que la nieve seca se hace vapor por sublimación.

Obviamente no digo que en un mundo globalizado e hipersocializado como en el que vivimos no deban existir normas para convivir, que faciliten la aproximación de posturas, de ideas y de creencias. Pero eso dista mucho de olvidar que también tenemos la capacidad de escuchar la voz de nuestro instinto, esa que hemos silenciado junto con la maravillosa y extraordinaria capacidad de crear nuestros propios juegos y normas. Es evidente que de los siete mil millones de seres humanos que se estima que hay en la Tierra, solo un pequeño porcentaje tendrá la posibilidad de percatarse de esta realidad. Peor, solo un número aún menor tendrá la suerte o capacidad para decidir a qué quiere jugar.

No sé si tú eres de los afortunados que han decidido vivir la vida, sin pisotear el juego de los demás, sin olvidar tu propio juego. No sé si crees que merece la pena luchar por tu juego o es mejor jugar al de los demás, aunque no te guste, aunque no lo entiendas, aunque sea injusto. Sea como sea, quiero recordar que la diferencia puede estar en ti; sí, es cierto, nadar contracorriente es francamente agotador, pero también, hay que decirlo, es una forma de elegir el qué has venido a hacer aquí.




domingo, 14 de abril de 2013

Let her go


Passenger - Let her go 



Well you only need the light when it's burning low.
Only miss the sun when it starts to snow.
Only know you love her when you let her go.
Only know you've been high .
When you're feeling low.
Only hate the road when you're missing home.
Only know you love her when you let her go.
And you let her go.

Staring at the bottom of your glass,
Hoping one day you'll make a dream last,
But dreams come slow and they go so fast.

You see her when you close your eyes
Maybe one day you'll understand why
Everything you touch surely dies.

But you only need the light when it's burning low.
Only miss the sun when it starts to snow.
Only know you love her when you let her go.
Only know you've been high when you're feeling low.
Only hate the road when you're missing home.
Only know you love her when you let her go.

Staring at the ceiling in the dark,
same old empty feeling in your heart,
because love comes slow and it goes so fast.

Well you see her when you fall asleep.
But never to touch and never to keep.
Because you loved her too much .
And you dived too deep.

Well you only need the light when it's burning low
Only miss the sun when it starts to snow
Only know you love her when you let her go
Only know you've been high when you're feeling low
Only hate the road when you're missing home
Only know you love her when you let her go
And you let her go.
And you let her go.
Well, you let her go.

Because you only need the light when it's burning low.
Only miss the sun when it starts to snow.
Only know you love her when you let her go.
Only know you've been high when you're feeling low.
Only hate the road when you're missing home.
Only know you love her when you let her go.

Because you only need the light when it's burning low.
Only miss the sun when it starts to snow.
Only know you love her when you let her go.
Only know you've been high when you're feeling low.
Only hate the road when you're missing home.
Only know you love her when you let her go.
And you let her go.

Silencio

Vendrá. 
Como una golondrina en primavera. 



A veces tengo la impresión de estar viviendo situaciones en épocas incorrespondidas. Desde hace unos años, en primavera, cuando las flores florecen, las tardes atardecen y otros deciden engendrar; cuando es tiempo de descubrirse, de salir y disfrutar del buen tiempo, cuando todo esto pasa, resulta que en mi vida algo muere. Sí, algo acaba.

Puedo verlo como el fin de un fin. O como el principio de un nuevo principio. Como algo que muere o como la oportunidad para que crezca algo nuevo. Pero lo cierto es que ninguna de las dos cosas son excluyentes. Pero así es la vida ¿no? El ciclo de la vida. Nacer, vivir y morir. Todas esas cosas que sabemos y a la vez ignoramos.

Así que, esta primavera, siguiendo el ritual, las flores florecerán, las tardes atardecerán y otros decidirán engendrar; en mi caso, algo morirá. Quizá, una golondrina anide en mis ojos; quizá ella encuentre el hilo de Ariadna.